Por su condición de Pequeño Estado Insular y Estado en Desarrollo (PEID), su posición geográfica y su dinámica social y económica, la República Dominicana es altamente vulnerable a los impactos del cambio climático. El incremento de las temperaturas, variaciones en los patrones de precipitación, mayor frecuencia e intensidad de tormentas y huracanes, y prevalencia de enfermedades cardiovasculares o transmitidas por vectores, son ejemplos claros de la incidencia del cambio climático en el país.
Estos impactos amenazan sectores socioeconómicos clave como agricultura, turismo, salud, medioambiente e infraestructura. Las interacciones entre pobreza, degradación ambiental y exposición a desastres exacerban la situación de vulnerabilidad de los hogares de menores ingresos.
Por esta razón, la adaptación al cambio climático es considerada una prioridad nacional. La Convención Marco de las Naciones Unidas, de la cual República Dominicana es signataria, define la adaptación como “los ajustes en los sistemas ecológicos, sociales o económicos en respuesta a estímulos climáticos reales o previstos y sus efectos o impactos”. En términos sencillos, los países y las comunidades necesitan desarrollar soluciones de adaptación e implementar acciones para responder a los impactos del cambio climático que ya están ocurriendo, así como prepararse para los impactos futuros.
